¿Por qué pasar de autónomo a crear una sociedad? Las ventajas que debes conocer

Si eres autónomo y tu negocio va viento en popa, puede que te hayas planteado alguna vez la posibilidad de pasar a crear una sociedad. Se trata de un cambio que implica una serie de trámites, costes y obligaciones, pero que también puede reportarte numerosos beneficios. En este artículo te explicamos cuáles son las principales ventajas de pasar de autónomo a crear una sociedad y en qué casos te conviene hacerlo.

¿Qué es una sociedad?

Una sociedad es una forma jurídica que permite asociarse con otras personas para desarrollar una actividad económica. Una sociedad tiene personalidad jurídica propia, es decir, que puede actuar como sujeto de derechos y obligaciones frente a terceros, independientemente de sus socios. Además, una sociedad tiene un capital social, que es la suma de las aportaciones que hacen los socios, ya sea en dinero, en bienes o en derechos.

Existen diferentes tipos de sociedades, pero la más común es la sociedad de responsabilidad limitada (SL), que se caracteriza por limitar la responsabilidad de los socios al capital aportado, de forma que no responden con su patrimonio personal de las deudas de la sociedad. Otra opción es la sociedad limitada nueva empresa (SLNE), que es una modalidad de SL pensada para facilitar la creación de pequeños y medianos negocios, con menos requisitos y ventajas fiscales.

¿Qué ventajas tiene crear una sociedad?

Crear una sociedad puede tener las siguientes ventajas:

Reducción de la carga fiscal: una de las principales razones para pasar de autónomo a crear una sociedad es pagar menos impuestos. Los autónomos tributan por el IRPF, que es un impuesto progresivo que puede llegar hasta el 53% según los ingresos y la comunidad autónoma. Las sociedades tributan por el IS, que es un impuesto fijo que se sitúa en el 25% para las grandes empresas y en el 15% para las pymes. Así, si reinviertes los beneficios en la sociedad, puedes ahorrar una buena cantidad de dinero. Eso sí, si quieres retirar los beneficios de la sociedad, tendrás que pagar también el IRPF correspondiente, ya sea por nómina, por dividendos o por facturas socio-sociedad.

Limitación de la responsabilidad: otra ventaja de crear una sociedad es que proteges tu patrimonio personal de las posibles deudas o reclamaciones que pueda tener la sociedad. Al ser una persona jurídica distinta de los socios, la sociedad responde con su propio patrimonio de las obligaciones que contraiga, y los socios solo responden hasta el límite de su aportación al capital social. Esto te da más seguridad y tranquilidad a la hora de emprender.

Mejora de la imagen y la reputación: crear una sociedad también puede mejorar la imagen y la reputación de tu negocio, al transmitir una mayor confianza y profesionalidad a tus clientes, proveedores y colaboradores. Además, al tener una denominación social propia, puedes diferenciarte mejor de la competencia y crear una marca más reconocible y atractiva.

Acceso a más ayudas y financiación: por último, crear una sociedad puede facilitarte el acceso a más ayudas y subvenciones, tanto públicas como privadas, que pueden apoyar el desarrollo de tu actividad. Asimismo, puedes acceder a mejores condiciones de financiación, tanto bancaria como alternativa, al ofrecer más garantías y solvencia que un autónomo.

¿Cuándo conviene crear una sociedad?

No hay una respuesta única a esta pregunta, ya que depende de las características y circunstancias de cada negocio y de cada autónomo. Sin embargo, hay algunos factores que pueden ayudarte a decidir si te conviene o no crear una sociedad:

Facturación: uno de los criterios más habituales para pasar de autónomo a crear una sociedad es el nivel de facturación. Se suele considerar que a partir de unos 40.000 o 50.000 euros anuales de beneficio neto, puede ser más rentable tributar por el IS que por el IRPF, siempre que se reinviertan los beneficios en la sociedad. No obstante, este umbral puede variar según el tipo de actividad, los gastos deducibles, las retenciones y las bonificaciones aplicables.

Socios: otro factor que puede motivar la creación de una sociedad es la existencia de socios. Si quieres asociarte con otras personas para emprender un proyecto, puede ser más conveniente crear una sociedad que regular la relación mediante un contrato de colaboración o de cuentas en participación. Así, podrás establecer mejor las aportaciones, los porcentajes de capital, las responsabilidades y los derechos de cada socio.

Protección: si tu actividad implica un riesgo elevado de generar deudas o de sufrir reclamaciones, puede ser una buena idea crear una sociedad para limitar tu responsabilidad y proteger tu patrimonio personal. De esta forma, podrás afrontar las posibles contingencias con más seguridad y tranquilidad.

Proyección: finalmente, si tu negocio tiene una proyección de crecimiento y expansión, puede ser interesante crear una sociedad para mejorar tu imagen y reputación, acceder a más ayudas y financiación, y facilitar la incorporación de nuevos socios o inversores. Así, podrás aprovechar las oportunidades de mercado y consolidar tu posición.

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